Tipos de contrato: ventajas y desafíos de cada uno

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Un contrato de administración de inmuebles es la herramienta adecuada para gestionar una propiedad sin fallar en el intento. ¡Descubre todo lo que necesitas saber para implementarlo correctamente!
Si alguna vez has administrado una propiedad, y lo has hecho sin un contrato de por medio, seguramente conoces los problemas derivados de la falta de claridad, conflictos por responsabilidades incumplidas y contratiempos por acuerdos informales. Todo esto tiene un origen común: la ausencia de un contrato de administración de inmuebles.
Estos y otros problemas pueden ser experimentados tanto propietarios como administradores que intentan gestionar propiedades sin un marco legal sólido.
Entonces, ¿un contrato de administración de inmuebles puede ayudarte? ¿Qué estructura debe llevar? Hemos preparado una guía que te ayudará a comprender en su totalidad estas interrogantes.
Asimismo, te contaremos cómo un contrato de administración de inmueble puede ser la solución a esos problemas, explicando sus ventajas, la estructura recomendada y cómo la integración con diferentes herramientas puede optimizar tu gestión de propiedades.
El contrato de administración de inmueble es un documento legal estructurado para brindar seguridad a las partes involucradas durante la gestión inmobiliaria, bien sea en la venta o alquiler de propiedades.
Este documento establece de manera precisa cuáles son las responsabilidades y derechos tanto del propietario como del administrador. Por ejemplo, detalla las tareas que el administrador realizará, como el cobro de rentas, el mantenimiento de la propiedad y la representación del propietario en asuntos legales.
Como puedes ver, la legalidad de este documento regula todos los aspectos de la gestión de un inmueble y proporciona seguridad para evitar malentendidos.
En cambio, cuando la gestión se realiza de manera informal, existe un escenario con altas probabilidades de enfrentar un sinfín de problemas a causa de no tener de manera escrita y clara todos los acuerdos y condiciones que propone cada una de las partes.
Así, un contrato formal otorga una estructura y guía claras, contribuyendo a que cualquier imprevisto o diferencia se pueda resolver con base en lo que se pactó previamente.
Hasta este punto, es claro que los contratos de administración de inmuebles son una herramienta indispensable en este tipo de gestiones, pero, ¿cuáles son las ventajas que ofrecen? Te contamos sobre las más relevantes.
Un contrato de administración de inmueble brinda tranquilidad para los propietarios, quienes confían su patrimonio a un tercero para que se encargue de gestionar dicha propiedad y responder ante cualquier situación al velar por las garantías adecuadas.
En otras palabras, no hay lugar para sorpresas desagradables, como cobros inesperados o descuidos en el mantenimiento. Además, facilita la resolución de conflictos, pues todas las responsabilidades y derechos están detallados en el contrato.
Otra ventaja competitiva que aporta un contrato para los acuerdos de administración es contar con la experiencia de profesionales que pueden brindarnos la asesoría adecuada en este tipo de negociaciones.
Con un contrato en mano, los administradores se comprometen a cumplir con estándares más altos, lo que reduce la posibilidad de errores y mejora la calidad del servicio.
Ahora bien, también existen desafíos a enfrentar cuando se quiere ejecutar un contrato de administración de inmuebles. Uno de ellos es asegurarse de que el contrato cubra todos los aspectos necesarios. Si algo queda fuera, puede dar lugar a problemas más adelante. Por eso es crucial que el contrato sea claro y completo.
Además, la creación y seguimiento de estos acuerdos puede ser un proceso largo y tedioso, especialmente si se maneja manualmente, ocasionando demoras en la firma o la ejecución de lo acordado.
Todo contrato debe ser claro y detallado, pero en la estructura básica de un contrato de administración de inmuebles se debe cubrir cada aspecto relevante en la gestión de la propiedad. Toma en cuenta estos 6 aspectos a la hora de construir este tipo de documentos:
Identificación de las partes: quizás es la parte más obvia, pero es importante resaltar que tanto el administrador como el propietario deben plasmar de manera clara su nombre, dirección y documento de identidad.
Descripción del inmueble: así como se identifican ambas partes, es crucial dar una identificación al inmueble, es decir, especificar su ubicación y características, como sus dimensiones o la cantidad de habitaciones.
Las obligaciones: aquí deben quedar descritas todas las obligaciones de cada participante, tanto tareas y responsabilidades del administrador, como cláusulas que aseguren que la propiedad esté en condiciones adecuadas por parte del propietario.
Honorarios y pagos del administrador: al igual que las obligaciones, es importante plasmar de forma clara cuáles serán los honorarios del administrador y cómo serán cobrados.
Duración del contrato: este es uno de los puntos más importantes. Aquí se determina el tiempo de vigencia del contrato, al igual que las condiciones de renovación o terminación anticipada.
Resolución de conflictos: es recomendable incluir un apartado donde queden claros los procedimientos judiciales en caso de incumplimiento por alguna de las partes.
Cierre y firma del contrato: bien sea con firma electrónica, digital o a mano alzada, se debe asignar un espacio al final del contrato donde cada parte involucrada deje constancia de que está de acuerdo con lo estipulado.
Aunque diseñar un contrato de administración de inmueble no es precisamente algo complicado, sí es necesario prestar atención a todos los detalles. Lo primero es asegurar que cubra todos los aspectos claves referentes a la administración de la propiedad.
Por otro lado, es importante dejar claro en el contrato ciertos procedimientos. Por ejemplo, un estudio minucioso para la selección de inquilinos o las inspecciones periódicas del inmueble.
Asimismo, es recomendable contar con la asesoría de abogados o expertos profesionales que nos sirvan de guía para la ejecución del contrato.
Una vez creado el contrato, mantener un buen control sobre su ciclo de vida es esencial. Esto incluye asegurar que se firmen en tiempo y forma, que se guarden correctamente y que todas las partes involucradas tengan acceso a él cuando lo necesiten. Aquí es donde entran en juego las herramientas tecnológicas como un CLM.
Un Contract Lifecycle Management, o CLM, es una herramienta que ha favorecido la tendencia de la gestión de contratos, pues está diseñada para garantizar de manera eficiente todo el ciclo de vida de un contrato, desde su creación hasta su firma y posterior seguimiento.
En el caso de un contrato de administración de inmueble, un CLM puede facilitar enormemente el proceso. Por ejemplo, con el CLM de Docusign, es posible crear contratos y documentos personalizados de manera rápida y minimizando errores humanos.
Además, gracias a su tecnología, permite firmar electrónicamente, lo que ahorra tiempo, dinero y tiene un bajo impacto ambiental, ya que no es necesaria la impresión del documento.
Un contrato de administración de inmueble bien diseñado es la herramienta esencial para gestionar de manera óptima y eficiente todas las transacciones de un inmueble. Con un contrato estructurado de manera adecuada, tanto propietarios como administradores pueden estrechar relaciones comerciales más fuertes en el futuro. ¿Estás interesado en soluciones que te ayuden a gestionar de manera eficiente tu administrar de documentos y contratos? ¡Ponte en contacto con nuestro equipo!
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